Paloma Cabello: “Lo más importante es que los políticos aprendan de tecnología”
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Paloma Cabello es angel investor y experta independiente de referencia, muy vinculada al Movimiento Emprendedor de Base Tecnológica, así como mentora de numerosas start-ups. Senior Advisor independiente de TPG Credit Funds, también asesora a Fondos de Private Equity y Family Offices en sus inversiones en tecnología.
Siempre te has dedicado al sector tecnológico ¿qué evolución has visto en la inversión en tecnología tanto a nivel global como en España en los últimos años?
La inversión en tecnología ha existido desde que se inventó la rueda. Siempre ha habido quien se ha arriesgado inventando cosas, pero muchas veces el nivel de disrupción que introducían era demasiado grande para la comprensión de todo el mundo. Siempre ha habido algún inversor arriesgado que ha puesto su dinero, que ha perdido y que eventualmente ha ganado. Y por lo tanto el concepto de inversión en tecnología no es nuevo.
Ahora bien, cuando la inversión se ha convertido en una industria, la inversión en tecnología ha tardado un poco más en convertirse en un sector clave, ya que la industria primero ha tenido que conocer. Y han tenido que producirse casos de éxito en número suficiente como para que la industria se animase. Por tanto, la comunidad inversora está tratando con gran dificultad en todo el mundo de comprender esos mecanismos para hacer dinero con ellos. Lo más desarrollado y visible es la parte de las ICT porque ha generado las mayores ganancias en menor tiempo. Pero la inversión en tecnología no se reduce a eso y en otros campos está más inmadura en cuanto a número de inversores, pero con más solvencia porque en las ICT hay mucha especulación.
Además, veo cosas muy buenas cuanto menos a la moderna se analizan los proyectos, que es creer que todo es Facebook, y más a la antigua que es mirar por fundamentales. Y eso está más en la tecnología aplicada a procesos industriales, donde creo que se van a generar oportunidades de inversión. Pero aún no hay en España una industria de inversores que sepa entenderlo como para apostar por ello. En Alemania por ejemplo hay fondos muy especializados en invertir en tecnología aplicada al proceso industrial y tienen rentabilidades excelentes. En Europa los grandes centros de inversión teórica que se están montando (Berlín, Londres, etc.), están muy orientados al ICT. Eso tiene su interés, pero hay un mundo industrial que es un modelo de inversión más cercano a la forma clásica de invertir, y aún está en formación. De que se forme o no en España dependerá la madurez de los inversores, la responsabilidad del capital, y su confianza en que España puede tener un tejido industrial, la calidad de los emprendedores no como tecnólogos sino como empresarios. De cómo maduren todas esas cosas dependerá que en España tengamos un sector o no. Produciremos tecnología o seremos compradores de los productos y servicios que hagan terceros. Contra todo lo que cree la gente, la industria de inversión está aprendiendo.
Conoces varios ecosistemas a nivel internacional. ¿Qué se debería fortalecer en España para que haya un verdadero ecosistema innovador y de emprendimiento?
Lo más importante es que los políticos aprendan tecnología. No puedes impulsar la innovación y la creación tecnológica en un país si desconoces la tecnología. Y no es algo que puedas gestionar, es algo que tienes que conocer. Lo primero que deben hacer los políticos es dedicar tiempo y esfuerzo a saber de tecnología. Y luego ya que se pongan a presupuestar. Si no, todo lo que hagan, en grandísima medida, será dinero perdido, pongan mucho o pongan poco.
¿Existe algún modelo viable a seguir en España?
España tiene algo que a la vez es una ventaja y un inconveniente, y es la subdivisión en 17 Comunidades Autónomas. Tras la transición, la subdivisión en comunidades autónomas generó un reparto de la riqueza que de otro modo no habría existido.
Por tanto, existe de forma ineficiente una cierta subdivisión del tejido industrial que se podría aprovechar para la innovación. Es más efectivo imaginar un proceso de innovación que se gestione en un territorio pequeño que en un país entero. Por lo tanto, en España deberían analizarse los tejidos industriales fundamentales a nivel autonómicos, es decir, qué es lo que sabe hacer la gente en cada comunidad de forma histórica.
Si haces reflexiones y estudios parecidos en todas las comunidades autónomas, llegaras a tres o cuatro industrias por cada una, donde está el mayor conocimiento local. Cuando la gente piensa cómo innovar en algo que conoce desde los romanos es mejor haciéndolo; y el dinero local está cómodo con ello. Además, tienes mayores posibilidades de involucrar a todos los sectores si lo haces a nivel local que si te empeñas en hacer grandes planes españoles que intenten convertir el país en su totalidad en algo que actúe al unísono.
Para mí más que copiar de un país en concreto, lo que copiaría son modelos. El modelo de Silicon Valley, que no es replicable desde algunos puntos de vista, sí lo es en el sentido de que significa coger un sitio pequeño y crear un claustro. Y es algo que han intentado y siguen intentando las comunidades autónomas. De hecho el famoso Horizonte2020 ha tratado de abocarlas a ello. Ellas han tenido que hacer un trabajo de estudio interno y presentar a la comunidad europea su visión de los sectores locales que se podían fomentar, por qué, y a cambio de qué presupuesto. Es un trabajo que tendrá un valor y está hecho. ¿Qué puede hacer un gobierno a nivel global para actuar de forma local? Pues ayudar desde el punto de vista fiscal. Ya que no tiene ningún sentido reprochar a un empresario que no invierta en algo que tiene más riesgo a cambio de menos dinero… habrá que ayudarle con algún incentivo.
El problema que tiene la Hacienda Española es de presupuesto, y no pueden o no quieren permitirse el apoyar con incentivos fiscales a los empresarios. Y además, a nivel de la Administración Tributaria, se gestiona demasiado pensando en el fraude. Tienes por un lado una obsesión recaudatoria y por otro lado una obsesión con el fraude. Regulas para recaudar más o para atajar al fraude pero no para contribuir al crecimiento. Entonces muchas veces no se hacen incentivos fiscales porque se teme que se aprovechen de ello las grandes compañías tecnológicas españolas… pero si también se beneficia el resto del país ¿cuál es el problema? Hasta que no entiendan que si no incentivan su problema de caja se va a hacer más grande porque va a haber menos empresas, va a ser muy difícil que para un empresario sea más lógico invertir en algo que tiene un alto riesgo que invertir en otra cosa que tiene mucho menos riesgo.
Entonces la administración pública no va a poder financiar la innovación porque no tiene dinero y es la iniciativa privada la que puede hacerlo y la que va a crear empleo. Por tanto, tendrás que hacer una visión realista sobre cuáles son las opciones del empresario a la hora de invertir. Y mientras no entiendas esto estaremos en una enorme desventaja frente a los países que sí lo entienden.
Eres inversora y mentora de proyectos tecnológicos. ¿Qué grandes fallos ves en los promotores de los equipos de este tipo de proyectos?
Para mí las start-ups que salen adelante y se convierten en buenas compañías no son aquellas que tienen más tecnología, levantan más dinero, tienen los mercados más a favor, o golpes de suerte. Son las que tienen equipos que no sólo son listos, buenos tecnólogos o tienen tres MBAs, sino gente que se pega la curva, que ejecuta dentro del tiempo presupuesto.
Estoy aburrida de que me vengan equipos de start-ups que lo primero que me cuente sea la lista de premios que se han llevado. Lo que me interesa es que la gente me cuente lo que ha hecho, lo que está haciendo y cómo lo está logrando en el tiempo. Porque eso es lo que hace a una compañía exitosa. Hay un error muy grande que es pensar que si yo tuviera dinero haría una gran start-up o que como tengo una gran tecnología esto va a ser un éxito mundial. Y hay muchísima gente en el ecosistema emprendedor que tiene y que enseña ese discurso. No hay nada más nocivo que la frase “Este es el problema, esta es la solución”. La frase es “este es el problema, esta es una de las soluciones posibles y así es cómo lo voy a hacer”. Nada de vídeos de “two guys ten slides”, que es lo que teníamos en los 90 y nos pegamos una leche monumental. Le pusimos incluso nombre a esa estupidez. Y yo flipo con que casi veinte años más tarde y con la leche que nos hemos pegado sigamos diciendo “two guys ten slides” y se glorifique aquello.
¿Crees que hay miedo en invertir en tecnología, más allá de la inversión en TIC, internet, etc.?
Yo lo que temo es que pase algo parecido a lo que pasó en la burbuja anterior. Hay enormes expectativas puestas por parte de todo tipo de inversores, unos profesionales pero muchos otros no, en los llamados “unicorns”. Todo el mundo quiere estar en el próximo unicornio o en el siguiente “cut and paste”. Pero los inversores tienen que saber que los profesionales que invierten en ese tipo de proyectos de ICT, lo hacen invirtiendo pequeñas cantidades en un número de proyectos alto, esperando haber invertido en el número suficiente de buenos candidatos como para que algunos sobrevivan. Entonces cuando inviertes en uno sólo, debes saber que estás jugándotelo a una carta en un mundo que es muy difícil.
Porque muchas veces los proyectos, sobre todo en Internet, tienen un componente de apuesta, parecido a cuando se invierte en cine. Contratas al mejor director, a los actores más famosos… pero la película se estrena y la gente no va. Los temas de Internet también tienen muchas veces un componente de audiencia, y como inversor debes saber que a la gente le puede gustar la película o no. Entonces me preocupa que haya mucha gente que de buena fe crea que está haciendo algo con menor nivel de riesgo del que hay en realidad y luego la gente se desanime.
Me encantaría que hubiera escuelas de inversores como las hay de emprendedores, porque se contribuiría bastante más a la generación de un ecosistema de inversores si la gente tuviera mayor conocimiento. Es cierto que los inversores se están empezando a agrupar en clubes de liderados por gente que se supone que sabe, pero sería buena idea diferenciar a los buenos de los manos y los inversores deben tener cuidado cuando seleccionan el club al que pertenecen… Los nuevos inversores deberían aprender un poquito de los que ya llevan mucho tiempo. Un limited partner que ya lleva tiempo institucional importante no invierte en un fondo de inversión sin haberle hecho una “audience” al equipo… A veces veo clubes de inversores donde los que lo manejan no han invertido una sola vez en su vida.
Por otro lado, cualquier Estado es el mayor inversor en tecnología y es muy chocante que los políticos no sepan de tecnología. Y cuando hablo de tecnología hablo del proceso de transferencia de tecnología, no sólo saber de una tecnología. Entonces España es España S.A. Y como se ha dicho, “España S.A. debe decidir donde invierte”. Como todas las empresas. ¿Dónde pongo mi dinero? En aquello que me vaya a hacer ser más grande en el futuro. Entonces, ¿Dónde está poniendo el dinero España S.A. para ser más grande en el futuro? Yo quiero que me lo cuente alguien.
¿Que recomendaciones les darías a empresarios?
Le recomendaría a todo líder de cualquier organización, que con las herramientas disponibles, declararan cada quincena el día de la innovación en sus compañías. Al principio sólo consiste en que todo el mundo se dedique a investigar qué tecnologías hay en el mundo que estén operando sobre lo que yo hago. Que vean lo que está haciendo otra gente. Me conformaría con sólo eso porque de manera natural iba a venir un proceso de apertura de la empresa española hacia la tecnología y la innovación, simplemente por ver el beneficio que está obteniendo un competidor que va a atacarte de una manera u otra. Todo el año. Con eso me conformo.
Probablemente mucha gente pensará que es una tontería o pérdida de tiempo pero yo espero que hicieran caso unos pocos, se lo contarán a otros… No vas a convencer a un empresario español pequeño de que gaste cantidades importantes de dinero en averiguar cosas de innovación a no ser que vea una amenaza en su industria. Y esto tendría coste cero.
O menos ambicioso, que el Gobierno decrete una o dos veces al año, el Día de la Innovación en las Empresas, al igual que se hace el Día de la Madre, del Padre o del Maestro…. Donde las empresas den 3 o 4 horas libres a los trabajadores para que busquen en Google algo que estén haciendo otros y que opere sobre lo suyo. Y que la semana siguiente las ideas que salgan se pongan en un buzón, subvencionado por el Estado. Es decir, cosas tontas, no hace falta gastar dinero, es un tema de comprender como funciona de verdad la innovación. Lo fundamental es que la gente sepa que hay cosas ahí fuera que interesan. No te voy a convencer de que pongas dinero en algo que desconoces, pero sí de que hay algo ahí fuera que te interesa y que te es gratis averiguar.