1. ¿Por qué crees que hay pocas mujeres que inviertan en proyectos de base tecnológica?
Creo que también hay pocas mujeres que invierten en general, no creo que sea un problema específico de este tipo de activo. La industria de la inversión ha sido tradicionalmente un coto muy cerrado, incluso para los hombres, y hay que recordar que para invertir hace falta tener dinero o capacidad de decisión con respecto a dinero, lo que también ha sido cosa de hombres desde siempre. Aparte, invertir a cambio de rentabilidades altas, implica también estar dispuesto a tomar riesgo a nivel igualmente alto, algo que casa menos con el papel histórico más "preservador" asociado a las mujeres.También creo que la industria de la inversión ha ido aprendiendo a prestar atención a la tecnología, pero aún se concentra bastante en aquellas securities que son más fáciles de modelizar, es decir, las que cotizan, como telecom, las que se benefician de entornos de proyección más predecibles, como las que son objeto de ayudas de los estados, por ejemplo la producción de energía, o las que suponen un potencial de creacion de valor en muy corto espacio de tiempo a cambio de un monto de inversión limitado, como proyectos muy basados en el uso de internet por grandes masas de usuarios. Cambiar estas cosas requiere tiempo. Veremos más mujeres invirtiendo en el futuro, seguro, y a más inversores en general, invirtiendo en cada vez más tipos de oportunidades de base tecnológica.
2. ¿Crees que una mujer aporta un punto de vista distinto en el desarrollo de negocio? ¿Y en la negociación?
Aunque creo que no se puede generalizar, creo que, en comparación con los hombres, las mujeres podemos llegar a ser bastante pacientes, lo que nos hace ser minuciosas en la recogida de datos para el análisis, y también que, de forma natural, utilizamos nuestra imaginación para identificar muchas variaciones del mismo escenario. Esas dos cosas son buenas, en principio, desde el punto de vista del desarrollo de negocio. En el lado oscuro de esto, la abundancia de datos y escenarios puede hacernos correr el riesgo de perder un poco el foco o de priorizar las cuestiones teóricas sobre los aspectos de oportunidad. En las negociaciones, diría lo mismo. Las mujeres podemos ir mejor preparadas a una negociación en teoría, pero ver nuestros postulados, en la práctica, ser "arrollados" por alguien que despliegue sobre la mesa, un mejor sentido de la oportunidad. Con todo esto dicho, creo que las mujeres más "senior" han aprendido a combinar ambos mundos, con gran éxito.
3. ¿Cómo piensas que se podría incrementar la presencia de mujeres en empresas de corte tecnológico?
Creo que, tanto a nivel técnico, como de gestión, fomentando su confianza en sí mismas, para que logren romper los "techos de cristal", incluidos los generados por ellas mismas de forma inconsciente. Los avances en la cultura de la conciliación compartida también ayudarán, pues el mayor esfuerzo por el avance profesional coincide en el tiempo con la edad reproductiva. Una visión inteligente, estratégica, de la planificación de la carrera profesional, podría ayudar a las mujeres en esta etapa de transición hacia una sociedad futura más acostumbrada a la idea de que la reproducción de la especie puede ser compatible con el desarrollo profesional femenino.
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